domingo, 6 de abril de 2008

Taquito militar

De uniforme verde militar, camuflado, pasea por las callecitas que rodean la Plaza Dorrego. Huele a tabaco y alcohol. Su voz áspera condice su aroma. Desde hace un tiempo un chico lo acompaña, de unos dieciséis, diecisiete años aproximadamente, vistiendo el mismo tipo de uniforme.

Hay personajes que no nacen, que no viven, que no mueren: se limitan a estar. Son parte de lo habitual, de aquello en donde se posa la mirada cuando se espera un colectivo.

Ante una primera mirada, podría decirse que se trata sin más de un cuidacoches con un particular gusto estético sin faltar demasiado a la verdad, pero sería una visión incompleta. No es sólo una persona vestida de forma particular: es un personaje. Es parte de las leyendas urbanas del barrio de San Telmo.

He oído gente comentar que se apoda Matute, aunque tiendo a creer que este apodo ha surgido a pesar suyo y no por él prodigado. Hay quienes dicen que es un veterano de Malvinas. Una vez me contaron que –este comienzo de frase es esencial para un mito urbano- su locura proviene de la muerte de su hijo, quien cayó a una palangana de agua hirviendo mientras él le hacía baños de vapor.

Más o menos trágicas, con cierto nivel de veracidad o conformando el más absurdo disparate, todas las historias personifican a nuestro personaje. Lo hacen más del barrio, más de todos.

San Telmo ha cambiado mucho en estos últimos diez años. Los sábados por la mañana ya no lo observan solamente las señoras que marchan al mercado, sino también los jóvenes que vuelven de los boliches y los turistas que circulan por las joyerías y los locales de artesanías alrededor de la Plaza.

Cada tanto se divisa alguna novedad en su uniforme verde camuflado, como un nuevo gorro o quizás una macana en su cinturón. Sus rasgos afilados y su mirada llena de melancolía permanecen ajenos a cualquier cambio.

Mientras tanto Matute sigue allí, firme, con una colilla a medio fumar en la boca, cuidando autos por algunas monedas.


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He aquí el único testimonio de este personaje que he encontrado en Internet:


(Fuente de la foto: Digireflex.net)

4 comentarios:

mili dijo...

yo también lo he visto. Pero el texto me recordó a otro personaje de San Telmo. Nosotros lo apodamos Ok, all right. que es una frase que él decía cuando te pedía un cigarrillo.
El problema de hablar de personajes es pensar que son sólo eso.
Cuando estaba el Británico auténtico. José y Carlitos entendieron que Ok all right no era un personaje. le compraron ropa, una cajita y ok all right dejó de tomar, se bañaba en algún lado y vendía encendedores, colitas para el pelo y otras cosas.
Cerraron el británico, yo me fui de Buenos Aires y cuando volví ok, all right volvió a ser un personaje pero ya no dice ok all right, sólo atina a acercarse y hacer una seña que indica que quiere un cigarrillo.

Anónimo dijo...

El comentario me parece algo ocioso, Mili. Hablar de la existencia de un personaje no implica su unicidad. No implica la falta de una persona detrás. Implica sí que lo que dejan traslucir aquellas personas son sus personajes, no sus fondos y sus buhardillas: sólo su fachada.

Matute es un personaje. Actúa día a día su papel, y quizás se sienta más cómodo allí que vendiendo encendedores y colitas para el pelo. No puedo saberlo.

mili dijo...

digo que a veces uno se apasiona demasiado con un personaje y le chupa un huevo lo demás. Sólo es como ese "registro" que encontraste. Qué pintoresco!!!

Bernardo dijo...

Coincido con mili, muchas veces nos embriagamos de buscar lo pintoresco, es quizás que no olemos a tabaco o alcohol pero es aun así un vicio, díganme de todos modos quien no esta exento de ser un personaje, ello excede el rito de recurrir las mimas calles o estar al alcance de las opiniones y el imaginario