lunes, 17 de diciembre de 2007

Fontana

Quiero que salpiquen lejos!
mis anhelos y deseos
cuando decida tirarlos, con las monedas
para anclar esta ansiedad
y encallar la esperanza.

3 comentarios:

Manto dijo...

ya ta ya, no?

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Los anhelos y deseos salpican bastante, sobre todo al caer en fuentes llenas de ellos. A veces refrescan, pero a veces queman.

No creo que las esperanzas deban encallar. A veces permanecen encalladas algunos días, sí, hasta que sube la marea y los deja flotar nuevamente. Quizás las esperanzas vuelvan al puerto de salida para recargar provisiones y hacerse sentir con más fuerza. Quizás zarpen hacia alta mar para nunca volver. Pero al igual que a las famas y a los cronopios, nunca se debe amarrar una esperanza. Se aburre, se convierte en fastidio, en enquina, en reencor. Mucho mejor es dejar que siga su curso y que vaya a donde tiene que ir.

PS: Qué buchón que es este blog... corregí un error gramatical y me hace aparecer como supresor de comentarios... (Suena a producto: Supresor de Comentarios 2000... ¡llame ya!)