lunes, 3 de diciembre de 2007

Feroz melancolía


Puertas que se cierran definitivamente. Espacios ya no transitables. Exclusiones. Cambio. Tortuoso proceso no deseado. Despecho. Abandono. Incertidumbres. Incomodidades.

Resuenan adentro los ecos de miles de voces que transitaron tantas emociones. Recuerdo situaciones ásperas como alquitrán, situaciones felices y alegres, aburrimientos, superaciones, innovaciones, descubrimientos...

Ahora sólo queda esperar. Acostumbrar nuestros sentidos a otras corrientes de aire, a otros colores, otros olores, otras ubicaciones, otros anhelos, otras esperanzas. Queda tratar de que nuestra mente entienda, de una vez y para siempre, que no se trata de un cierre... sino de un cambio.

4 comentarios:

porlosaleros dijo...

Así también con la muerte, que es eso, un cambio. Pero uno sigue extrañando y extrañando...

Anónimo dijo...

Sí... yo por eso prefiero no morirme.

Manto dijo...

pablo, extrañas el lugar, por las voces, movimientos, sensaciones, animas...
digo que todo eso salio de adentro de la misma gente que tiene el poder de hacerle lo mismo, y darle la opoprtunidad a muchos lugares nuevos.
todo eso que da vida, esta adentro de uno, y hay una comunicacion infinita con el mundo que asi lo es...

Bernardo dijo...

Si es difícil dejar el hogar, ver las habitaciones vacías, echar ese último vistazo que aunque tortuoso uno lo hace, cerrar la casa, entregar las llaves de ese espacio en nuestra vida y encaminarce a crear una nueva burbuja, soplar fuerte, llenar de uno el nuevo lugar…..