sábado, 8 de diciembre de 2007

El cuenta



Cómo decir todo, sin que existan palabras que lo endulcen, sin olvidar nada, ni una parte de nuestra conversación, el término que utilizo para describir el modo en que palpitan los restos de luna por la mañana, frase que quizás robo de un poema o un libro de escuela. Ni hablar del tiempo antes de sentarnos en la mesa, quizás eso motivó la charla, la euforia de la tarde ventosa, el paseo previo por la casa revuelta, el gato entre las piernas, la ducha, la pava esperando, un vistazo rápido al patio antes de adentrarnos en la cocina, allí quedó todo la conversación de sobremesa, el mate ligero, su sonrisa de hermano, aquí me vuelven sus palabras con la imperfección de haberlas repetido tantas veces, hasta el hartazgo, hasta volverse mías, de nadie…
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Cuando amanece, el quitupi es el primer pájaro en cantar por la mañana, me habla en un idioma que ya he olvidado, si sólo lograse entenderlo, lo que me cuenta, lo que nos dice, la tierra amanece y la luna, la luna en esa palabra que ya no recuerdas, se desnuda, para que emerja el sol, quizás ese pájaro me este hablando, me habla de amor…
Diciéndonos qué hacer…
Cómo bajarme de este cuerpo pesado
De esta vida de cartón…>



Bernardo

5 comentarios:

porlosaleros dijo...

¿me explico?
:^]

Anónimo dijo...

¿Lo hace?

Anónimo dijo...

Por cierto, lindo clima de domingo a la tarde tiene el relato. Muy apropiado. Quizás los textos debieran venir con didascalias que nos alerten sobre las condiciones ambientales y meteorológicas a las que deberemos esperar -o producir- antes de adentrarnos en la lectura.

Me ha gustado mucho.

Bernardo dijo...

Ciertamente me explico? Sabrás Angeles mi fascinación por determinadas cosas que no llevan a ningún lugar, como esas conversaciones que te quedan en la cabeza y uno las repasa hasta cambiarles por completo todas las palabras, casi sin la necesidad de un diccionario de sinónimos y antonimos… me explico? abrazos

Manto dijo...

como esa charla que tuvimos, que salio de ningun lado, y fue hacia ningun otro lado en especial...sobre aquellas mujeres a las que se les podia cambiar la cara, cuando ya te cansabas de la que tenian.ja, me las imagine sentadas a tu mesa...cambiando de cara como de conversacion, pero mirandote con los mismos ojos cada vez que sete ocurriera brindar con ellas.