miércoles, 21 de mayo de 2008

Zoológico personal XII


15 comentarios:

Lucía dijo...

versión arrugada y pegoteada de la historieta de Liniers. Me encanta.

porlosaleros dijo...

A mí también!

Opadromo dijo...

Ja, el padre es un falcón verde...

porlosaleros dijo...

Imposible.
El falcon verde es un reptil carnívoro. El auto rana es un anfibio.

Lucía dijo...

fue concebida por partenogénesis, no cabe duda.

porlosaleros dijo...

Sabia como Atenea, Coqui, qué duda cabe?

Lucía dijo...

estas ahi?

porlosaleros dijo...

Lucía dijo...

Hola!!! ya estaba puchereando!!

Lucía dijo...

¡¡¡TE EXTRAÑO!!!!!

porlosaleros dijo...

yo también, Coqui!!

Manto dijo...

yo conozco una historia parecida, le paso al amigo de un amigo.
esta historia se situa en un acogedor apartamento salteño, diseñado afanosamente por un idolo de otra amiga llamada sarita.
la situción se susecio por la mañana temprano a la hora del desayuno cuando lucoquit., principal agente interactivo, al levantarse tarde se encuentra con los restos que quedaron despues de la boragine alimenticia de los demas integrantes de su casa. mientras lentamente comenzaba a despavilarze forsosamente al tener que mantener la concentracion en no derramar el te fuera de la taza que intentaba llenar, se vio sorprendida y sobresaltada a los efectos de una vocecita que provenia del fondo de una de las paneras. la pregunta de: ¿mamá?, la sacudió derrepente, y la llevo a observar inmediatamente al curioso locutor...tratávase de una pequeña galletita pepitos que se se encontraba perdida y desamparada, y creyó cual patito recien nacido, finalizar alegremente su busqueda y su incertidumbre, al creer haber encontrado la contencion materna en las primeras pecas que se presentaban ante si!. como todavia podian caberle dudas a esta pequeña galleta con pecas de chocolate del tamaño de ojuelas de maiz, si la similitud con con quien creyó un inevitable lazo cosanguineo, nos lleva a concluir que las pruebas que la genética nos pone a la vista son completamente irrefutables, muuy evidentes, misteriosamente perfectas!!!jaja.

Lucía dijo...

Me siento una especie de Saturno decadente, juro de ahora en más no comer ni una galleta pepito. terrrible.

Anónimo dijo...

Ciertas promesas no deben hacerse. Desconfío de nuncas y siempres. ¿Quién puede jurar -aún por su madre pecosa- no comer nunca más una pepito y cumplir con su palabra?

Hay ciertas tentaciones que son más fuertes que las palabras y los juramentos. Curiosamente no sucede esto con las galletitas Tentaciones, mientras que las Pepitos Rellenas pueden blandirse contra cualquier dieta sabiendo su triunfo anticipado.

Tenga cuidado con sus palabras, m'hija. Con las pepito, no se jode.

M. dijo...

Aguante todo el tiempo Liniers!