viernes, 29 de febrero de 2008



-"¿sigues preocupado por el amor?-
preguntó ella al fin, rompiendo el silencio de aquella lánguida convalescencia que sigue a la fiebre de los deseos satisfechos.
La pregunta de Lucy en aquel silencio profundo era como la llama de un fósforo en la tiniebla de la noche.
La noche es ilimitada, inmensa, salpicada de estrellas. Se enciende el fósforo y todas las estrellas quedan instantáneamente abolidas; no hay más distancias ni profundidades. El universo queda reducido a una pequeña cueva luminosa excavada en la tiniebla sólida poblada de rostros brillantemente iluminados, de brazos y de cuerpos, y de los cercanos objetos familiares de la vida cotidiana.


A. Huxley, "Contrapunto"

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Definitivamente quiero leer ese libro...

Opadromo dijo...

Hay tanta maldad en ese libro, tanta hijaputez
que está en mi top ten.
ak.