Sorprendióme hace unos días el parecido entre las palabras snow y snob. Este es el modesto fruto de esa divertida sorpresa, dejo las demás y varias posibilidades sueltas al arbitrio de otras imaginaciones.
SNOBED MOUNTS
LOOK, IT'S SNOBING!
Tu ausencia derrite mi nostalgia y deja correr lento y doloroso el ambar de mis ojos. Alberga tras la corteza de mi alma, petrificado el misterio, trasparente la tristeza y brillante la pasión. Resuena el eco de tu silencio en esta herida de anticuario..., cuando me acuesto a tomar la fresca de mis suspiros y a soñar bajo las sombras de tu recuerdo. manto.
tengo tu cara desde esa foto apuntándome a los ojos
tu silencio es verosímil pero no existes más allá de los límites del papel
"It is enough"- "Omnum est"- "Cuesto e finito"- "MHOrA!"- "Pues esto es el cólmo, es que ha sido la gota que derramó el vazo"- "Meta jodé pué, mermá un poco, que no?"- "Déhalo, é demasiao pa mi!"- "Non plus, mon amour..."- "Te pido por favor: corr-tá-la!!"- "Ya es suficiente, con esto bastará, no crees tú cariño?"- "Ya déjate de chingaderas buey"- toldo, manto, poncho, y otras personalidades.
ACH WIE FLÜCHTIG,ACH WIE NICHTIG (coral 26) AUS MEINEN LIEBEN GOTT (coral 148) ALLE MENSCHEN MÜSSEN STERBEN(coral 162) ERMUNTRE DICH, MEIN SCHWACHER GEIST (orat.navidad) DU. O SCHÖNES WELTGEBÄUDE (coral 56) ERSCHIENEN IST DER HERRLICH´TAG (coral 145)
Oh que futil, oh que vana. Desde mi profunda angustia clamo por ti. Todos los hombres han de morir. Despiértate, espíritu desfallecido. Tú. oh bello mundo. Amaneció el día glorioso. títulos de algunos corales lutheranos, arreglados por Bach. me atrevo a decir que son frases como salidas de la boca de alguna que otra amiga mía.
La despedida tuvo un sabor extraño. Una despedida probablemente no deseada, pero necesaria. Después de cuatro años, ciertas cosas a veces se hacen costumbre. Fue la despedida. El final. El paréntesis que se abre y tal vez nunca se cierre. Quién sabe qué pase de aquí en adelante, pero mínimamente -para cerrar con la frase de apertura, ya que todo siempre vuelve- fue una despedida con un sabor extraño.
hey!!, y los comentarios??...porque en ese caso, habria que borrar, tachonear o alterar lo escrito, ...para devolver lo mucho que tenemos para decir(??). Como la historia del cangrejo, experto en arte de las visitas. Porque a eso era a lo que había decidido empeñar su valiosa vida de cangrejo: a visitar. A recolectar las expresiones de inumerables seres cuando vieran ante "sis" entrar sorpresivamente, o no, un adorable trasero naranja!. Un buen dia, ya entrado en años, y habiendo visitado, más o menos todo lo visitable, pensó que ya era hora de escribir su ópera operis...: el más completo libro de visitas. Compartirlo al mundo y dejarlo al alcance de ojos, manos y bolígrafos de la humanidad. Curiosamente, no entendiendo el objetivo ni la importancia de aquella obra de arte, de aquel rejunte de sabias experiencias y unicas sensaciones, de inigualables e irrepetibles visitas, entre el público lector hubo este tipo de reacciones, unos, buscaron desesperadamente algún que otro lugarcito libre -eso, los más rescatados-, otros enojados con el cangrejo por no haberlos considerado y por haber ocupado todo el libro, hicieron desenfrenado uso del "licuit paper" para obter un preciado espacio en blanco donde estampar las trascendentales palabras de: CANGRE TE QUEREMOS, SOS LO MÁS, SOS GROSO SABELO, LA PASAMOS BARBARO!!... gracias pablo!. Demas comentaristas."la roba puchos"
Cansada de cerrar puertas y abrir ventanas en el inutil laberinto de mi soledad... salgo a vagar por la recta, y el "tin tin" de la vida. Esperanzada de arrastrar con gracia algo de humanidad, piso con los tobillos flojos las baldosas de esta ciudad que ya ha Aniquilizado el bombear de mi corazón regando mis sentimientos desde lo rojo de mi sonrisa, por la contextura de mi persona hasta lograr esta hinchazón en mis pies. Asi que me siento. En el cordon de la inmensidad, suspiro con buenos aires y espero aquel momento post-natal en el que vuelvan a conectarnos. manto.
Un extranjero que ignorando absolutamente el castellano oyese por primera vez pronunciar, con el énfasis que inspira el hambre, a un gaucho que va ayuno y de camino, la palabra matambre, diría para sí muy satisfecho de haber acertado: este será el nombre de alguna persona ilustre, o cuando menos el de algún rico hacendado. Otro que presumiese saberlo, pero no atinase con la exacta significación que unidos tienen los vocablos mata y hambre, al oírlos salir rotundos de un gaznate hambriento, creería sin duda que tan sonoro y expresivo nombre era de algún ladrón o asesino famoso. Pero nosotros acostumbrados desde niños a verlo andar de boca en boca, a chuparlo cuando de teta, a saborearlo cuando más grandes, a desmenuzarlo y tragarlo cuando adultos, sabemos quién es, cuáles son sus nutritivas virtudes y el brillante papel que en nuestras mesas representa. (...)
Una brusca intuición o tal vez la mirada dispersa de tres mujeres desde la bibloteca, en la mesa, el distante bar, asomando sus copas por la ventana murmurándome aquellas impersonales anécdotas, y yo el muchacho dejando mensajes regados, reponiendo los vasos rotos...
Estoy parado frente a mi biblioteca, pensando. No es demasiado amplia, pero se ha ido llenando con volúmenes y volumencitos. ¿Por qué guardo todo esto? hay libros que no releeré jamás, pero que están ahí. Libros que quiero, libros que adoro. Tal vez son pequeños tesoros que se guardan y se custodian. A nadie se le ocurriría tirarlos. ¿Regalarlos? no sé... hacer partícipe a una sola persona de ese universo es egoísta. De todas formas, algo me dice que no, que los libros no se regalan así nomás. Puedo ir a comprar un libro para regalar, pero regalar un libro mío es más complicado. Un libro mío tiene historia, tiene parte de mi historia. Me recuerda momentos de la vida, fantasías, sueños, anhelos y temores.
Una biblioteca es una pequeña ventana de lo que somos. En casa ajena es imposible evitar prender la linterna, ponerse el casco de minero y adentrarse en la biblioteca con la certera esperanza de conocer un poco más de su dueño. Además siempre se encuentra algún diamante que pedir prestado para admirar y hacer reposar en la biblioteca propia, o dejar dormir en nuestra mesita de luz.
Es posible que los libros se conserven con el único objetivo de ser prestados. Es posible que todo esto que tengo aquí, de lo que no soy capaz de desprenderme, esté para que otros puedan adentrarse en la breve pero fascinante historia de mi existencia, relatada por aquellas cosas que he leído. Es una forma de transmitirse un poco diciendo "tomá, leé esto... me fascina." Es una forma de comunicación y de contacto. Es dar un pedacito de uno prestado, con un aroma propio. Es estar un poco en la casa del otro, adentro de la mochila del otro.
Ahora me voy a sentir responsable a la hora de prestar un libro, pucha digo.