domingo, 27 de abril de 2008

Mala entraña

Toda la letra es fantástica, pero a prestar atención a la última estrofa especialmente. No tiene desperdicios. Si pueden, consíganse la versión cantada de Gardel.

Mala entraña

Te criaste entre malevos,
malandrines y matones,
entre gente de avería
desarrollaste tu acción;
por tu estampa, en el suburbio
florecieron los balcones,
y lograste la conquista
de sensibles corazones
con tu prestigio sentado
de buen mozo y de varón.

Mezcla rara de magnate
nacido en el sabalaje,
vos sos la calle Florida
que se vino al arrabal.
¡Compadrito de mi esquina,
que sólo cambió de traje!
pienso, siempre que te veo
tirándote a personaje,
que sos mixto jaulero
con berretín de zorzal.

Malandrín de la carpeta,
te timbeaste de un biabazo
el caudal con que tu vieja
pudo vivir todo un mes,
impasible ante las fichas,
en las noches de escolaso
o en el circo de Palermo,
cuando a taco y a lonjazo
te perdés por un pescuezo
la moneda que tenés.

Y es por eso que asentaste
tu cartel de indiferente,
insensible a los halagos
de la vida y al sufrir;
se murió tu pobre madre,
y en el mármol de tu frente
ni una sombra, ni una arruga
que deschavara, elocuente,
que tu vieja no fue un perro,
y que vos sabés sentir...

Pero al fin todo se acaba
en esta vida rastrera
y se arruga el más derecho
si lo tiran a doblar;
vos, que sos más estirado
que tejido de fiambrera,
Dios no quiera que te cache
la mala vida fulera,
que si no, como un alambre,
te voy a ver arrollar.

Tango (1927)
Música: Enrique Maciel
Letra: Celedonio Flores

sábado, 26 de abril de 2008

Diario de un (¿próximamente?) futuro inquilino. Días 3, 4 y 5

Este diario ha caído en una suerte de periódico sin las actualizaciones correspondientes del día a día que -por definición- todo diario debe tener.

La cuestión marcha hacia adelante, algo desordenadamente, con alguno que va un poquito para el costado, otro que se viene para el medio, uno que piensa que fue penal y otro que va a cabecear un centro que nunca pateará nadie. Pero va.

Luego de juntar y rejuntar un papelerío cual si estuviera formando un Acuerdo de Paz para Medio Oriente, tres garantes (que el léxico inmobiliario y legal consigna como "co-deudores", previendo y pronosticando ya la desgracia del inquilino) y un departamento en capital de familiar directo sin deudas ni inhibiciones, parece que soy más o menos apto para alquilar algo. Más o menos, a juzgar por la cara con que me miran y los continuos resoplos que no llego a entender si son reflejos de propias frustraciones o impaciencias propias de una vida desdichada. De cualquier forma, es la gente con la que toca tratar y quélevamuacer.

Entre faxes, trámites de AFIP, emails y llamados, sucedió otro atardecer ajeno a todo:


Esta vez, con sus tintes anaranjados entre nubes que pronostican lluvias. El viento habrá cambiado, ya que el mismo pronóstico de las nubes fue refutado por la soleada mañana.

Esta tarde me toca enviar los últimos papeles. Con ello accederé al Nivel Superior en la Escalera de Alquileres: hablar con el Todo Poderoso Dueño, quien me preguntará nuevamente todo lo que ya sabe, que ya le han dicho sus Súbditos Inmobiliarios, pero que debe escuchar de mi boca.

Si todo sale bien, seré acreedor de La Llave Que Abre Las Puertas... y ya la Fiesta Donde Todos Están Invitados se sucederá. Eso sí, a traer cerveza, no sea cosa.

viernes, 25 de abril de 2008

Zoológico personal XI


de Luco

EL VENDEDOR DE PÁJAROS

El anciano dijo:
"Qué lástima que todos mis hijos y mis nietos se hayan muerto.
Esta noche regresarán los diez pájaros que vendí hoy en la feria. Los mismos que vendí ayer. Los mismos que vendo desde hace muchos años.
Regresarán como siempre a la jaula. El último que llega es el que cierra la puerta. Después la abren. Salen uno detrás del otro para dormir sobre mi pecho, en mis zobacos, entre mis piernas y despertarme al amanecer cantando y picotear en la barba unas migas de pan, unos granos de arroz, algún fideo, lo que cae del tenedor o la cuchara en la cena y beber unas gotas de vino, ese trago que no alcanza la lengua y se queda en los labios para ellos.
Qué lástima que todos mis hijos y mis nietos se hayan muerto. Qué lástima. Podían seguir viviendo de este oficio de vender pájaros.
Los cacé sin redes, sin tramperas, sin herirlos. Los cacé en la selva extendiendo los brazos como un mendigo. Y vinieron a posarse en mis manos. Diez dedos, diez pájaros. Eran pichones. No sabían cantar. Los puse en el suelo, en fila. Destapé una botella de vino, la bebí y cuando estaba vacía, mojé con la lengua el corcho y froté la botella. Con esa música les enseñé a cantar. "Así se canta"-les dije-. Y cantaron. Después les enseñé a volar y a volver a la jaula, y aprendieron. Después los llevé a la feria y los vendí. Volvieron a la jaula esa noche. Siempre volvieron a la jaula.
Que lástima que todos mis hijos y mis nietos se hayan muerto."

JAVIER VILLAFAÑE

miércoles, 23 de abril de 2008

Diario de un (¿próximamente?) futuro inquilino. Día 2

Anoche mi cabeza no se apagó hasta entradas las cuatro de la mañana. Pude así terminar la novela que estaba leyendo: "Mañana en la batalla piensa en mí", de Javier Marías. Nada del otro mundo, pero no es una mala lectura para noches de ojos rojos y muy abiertos.

Esta mañana empezó tarde, si es que puede decirse de esta manera. Podría decir mejor que esta mañana nunca me encontró en estado de vigilia. De cualquier forma, elegiré la forma más concreta: no me desperté hasta pasado el mediodía.

Luego de un café breve (si es que ese calificativo puede aplicarse a una infusión matutina) partí con rumbo Caballito a ver qué me deparaba el Mundo Inmobiliario.

El primer departamento me sorprendió de entrada. Mejor dicho, por su entrada: una laja metálica que me hizo recordar las puertas que se ven dentro de los submarinos en las películas, o en la Fragata Sarmiento al pasear por su interior.

El departamento tenía algo de submarinesco: oscuro y algo agobiante. Sin visibilidad hacia el exterior. Ventanas pseudo fingidas que sólo dejaban entrar algo de luz. Ya lo he dicho: la visibilidad para mí es fundamental.

Agradecí entonces el tour edilicio (nada idílico) y me trasladé subterráneamente hasta Congreso.

Luego de unas breves pero reconfortantes ingestas en un bodegoncito de la zona, me acerqué al edificio: una entrada suntuosa con mármol y granito. Vidrios en las puertas y timbres con todos los botoncitos. La cosa prometía.

Ya decían nuestros abuelos que no hay que dejarse llevar por el exterior, y algo de razón tienen en este caso: al pasar el hall de entrada el edificio caía a pedazos (literalmente, al ver el revoque). El departamento -de buena luz, pero pequeño- cayó en la desgracia de alquilarse amueblado con un mobiliario antiguo y enorme, probablemente precioso para casas antiguas y enormes, pero que hacían agobiante el estar allí dentro. Además, daba aspecto a casa de viejo, perdonando la expresión.

Algo desilusionado, comencé a pensar que estaba siendo demasiado exigente, que por el dinero que pienso gastar nada hay demasiado interesante.

Afortunadamente el tercer departamento -nuevamente el barrio de Caballito- contradijo mi supuesto: un dos ambientes grande, luminoso, con linda vista y piso de madera. Esos lugares en donde uno puede pensarse, imaginarse dentro, transitando. Ya se han sucedido en mi cabeza fiestas, cenas, jornadas de trabajo, sesiones de piano y algunas cosas que omitiré por pudor.

Mañana me corresponde acarrear papeleríos a la inmobiliaria. Espero me acepten como inquilino. Yo ya he aceptado esa casa como posible hogar.

¡Deséenme éxitos!

Zoológico personal X

El pájaro

Tu flauta se hace ala

en el espacio de tu garganta

y apenas si distingo

el sonido del plumaje

con que tus dedos colorean

un vuelo hacia otro cielo.

Verónica Cánepa

( Variación

tu flauta sabe de alas que me llevan más allá del sonido

cuando vuelo como arena rabiosa que se aleja de este cielo húmedo

a una intemperie de lamentos con rostros de nadie


tu flauta sabe que esta noche me busco tímida en la memoria de su único canto


desde tu garganta la flauta que se hace alas para seguirme

colorea mi último allegro evaporado de tus dedos)

Luco a Elisa 14/02/05

martes, 22 de abril de 2008

Diario de un futuro inquilino. Día 1

Diario de un futuro inquilino. Día 1. La oferta es abismal. Los avisos aparecen encolumnados cual frontispicio griego, dando una idea imponente de lo que hay más allá.

Pero los avisos tienen un problema: su notable abstracción, su carencia de tangibilidad. Más aún revisando los clasificados por Internet. Ni siquiera puedo mancharme los dedos con tinta de imprenta (que ya ni siquiera mancha, otra derrota para los nostálgicos).


2 amb, coc. comp, 2 p. p/esc. Cont. fte. Lum. V de 15 a 18.

Cuán críptico. Apenas si uno puede imaginarse qué significa eso. ¿Cómo partir de allí para hacer que en nuestra ilusa cabeza se formen algunas paredes, techos y muebles de cocina?

Las inmobiliarias informan, y mal por lo general. Su arte es la venta, pero una venta que está ganada desde el principio. Es tan innecesario tentar a un posible locatario como tener que insistirle a una mosca para que se pose sobre nuestro pan con mermelada de durazno. Si no nos gusta o nos negamos al maltrato, otro ocupará nuestro lugar sin mucha demora.

Hoy me encontré con una especie de cueva con paredes pintadas en espantosos tonos entre naranjas, rojos y salmón, patinados. La señora de la inmobiliaria que estaba "de guardia" en el departamento -muy amable, por cierto-, al verme mirando las paredes me aclaró "es que acá vivía una señora grande..." como si eso explicarla algo. Instantes después, agrega, dándose cuenta de su contradicción "...y aún así parece que le gustaban los colores fuertes..." Al internarme en ese dos ambientes céntrico, poco luminoso y con una asquerosa pintura descascarada, me sentía en esas películas de detectives cuando el Protagonista -siempre policía retirado- cae en el departamento deshabitado del cadáver -ubicado el Bronx, siempre- y lo recorre mientras la cámara lo toma un poco desde abajo y de cerca, para deformar más la imagen. Siempre hay un poco de humo o polvo, sin que se sepa muy bien por qué. ¿Será que se filma en Buenos Aires en época de quema de pastizales? De cualquier forma, he evidenciado que no fue de mi agrado el lugar. Pregunté, algo tímido, si pensaban entregarlo "así". La señora, nuevamente amable y algo tímida también al notar que yo notaba lo evidente (que el lugar es una porquería y que está destrozado) me dijo "y... es que hoy se alquila... así como está..." Claro. Había olvidado lo elemental en la regla de alquilar en Buenos Aires: el departamento no dura más de un día en alquiler. Algunos rezagados, algo olvidados tal vez o por lo menos no muy baratos llegan a durar aproximadamente una semana. Para coronar la idea que me produjo el departamento, otro detalle: sobre la cocina había una sartén con restos de grasa endurecida desde hace mucho tiempo.

Algo desilusionado volvía a mi casa cuando recordé una inmobiliaria en mi barrio, donde hace 18 años mi madre compró la casa donde vivimos. Esta es la vista desde mi balcón actual, de mi casa familiar, casa compartida y hogar de infancia. Es la vista de ahora, de hoy, de hace minutos nomás:


En la inmobiliaria me atendieron amabilísimamente. Recordaban a mi madre. A mí no, desde luego. En ese entonces tendría yo cinco o seis años y no tanta barba como ahora. Fui a ver un segundo departamento en el día, esta vez San Telmo y esta vez bajo recomendación de los señores inmobiliarios. Lindo lugar. Buena iluminación, aunque poca vista para afuera. Qué importante que resulta la vista. Las ideas se expanden mirando hacia afuera. La perspectiva visual y la perspectiva mental parecen chocarse contra las paredes y terminar allí nomás con su profundidad.

Mañana me tocan ver tres lugares. El primero en Caballito, el segundo en Congreso y el tercero nuevamente en Caballito. No hubo posibilidad de reordenar.

Mis conclusiones del día (nuevas, o añejas y reflotadas hoy):

1. Salvo excepciones, los agentes inmobiliarios sienten que te hacen un favor al informarte por departamentos.
2. San Telmo está caro.
3. Me gusta la vista desde mi casa y me va a costar renunciar a eso en otro lugar.
4. Es notable el desgaste de energía al tener la cabeza en la búsqueda de un cambio de hogar, de de zona, de costumbres, de colectivos habituales, de caras diferentes.

Cuesta. Pero allá vamos.

viernes, 18 de abril de 2008

Quisiera verme de amarillo,
ya no tolero ni el gris, ni el rosa.

jueves, 10 de abril de 2008

Repeticiones según Schoemberg

"Escuchar repetidamente cosas que a uno le gustan es agradable y no debe ser ridiculizado. Existe un deseo subconsciente de llegar a una mejor comprensión y percatarse de más detalles relacionados con la belleza. Pero un amente alerta y bien adiestrada querrá enterarse de los aspectos más alejados, de las consecuencias más remotas de cosas sencillas que ya tiene aprendidas. Una mente despierta y bien formada rehúsa escuchar el parloteo infantil y exige que se le hable en lenguaje breve y concreto."

Arnold Schoemberg

Zoológico personal IX

Poema atroz

Este era un gatito
al que tomábamos
por la cola
y revoleábamos
contra el paredón.

Manuel Alemian

miércoles, 9 de abril de 2008

69



Dormir puede ser el producto de una distracción,
como también puede serlo morir.

La profunda atención a la vida

es el espantapájaros del sueño y de la muerte.

El quehacer del hombre
es un programado ejercicio de concentración
para evitar que se disperse
la energía invisible que en un gesto amoroso

se reviste de luces en la flor y en los ojos
de cualquier criatura.


Es por eso que dormir y morir

no deben seguir siendo
la consecuencia de nuestro abandono,
sino el perfume más neto de la flor más despierta
y la mirada más lúcida del ojo más abierto.



Roberto Juarroz -
Poesía vertical 1958-1982

martes, 8 de abril de 2008

Empiezan las clases pero aún no empiezan

Es de dominio público que las clases en la Escuela de Música Popular de Avellaneda (EMPA) empezaban ayer, lunes 07 de abril. Sucede que este día es el "Día de Avellaneda" -aniversario de su fundación y semi-feriado- y que por ende no hay clases. Dado que Avellaneda es un partido fundado en 1852, creo que esta fecha no es novedad -o no debiera serlo- para ningún administrativo de Avellaneda. ¿Cómo es posible que les haya tomado por sorpresa y que hayan anunciado el comienzo de clases para un día en el que la Escuela está cerrada? Resultado: hacer un viaje pésimo en un colectivo atestado para ver un cartelito "Día de Avellaneda" y la puerta de entrada cerrada. Al menos pusieron el cartelito.

Con renovadas esperanzas volví hoy a sentir aquello que emociona el primer día de clases del año (sí, otra vez). En esta ocasión, las asignaturas de la jornada eran Apreciación Folklore y Apreciación Jazz del tercer año de Ciclo Básico.

Grande fue mi sorpresa el día encontrarme que estas materias no comenzarán sino hasta el 22 de abril, que por un error del Jefe de Área -según dijeron- no informaron este pequeño detalle. Otro día de viajes en colectivos desbordando de gente. Al menos esta vez pude ver caras conocidas y saludar compañeros.

Cabe aclarar que el día de matriculación en las materias, me inscribí en Folklore a las 21 hs. y en Jazz a las 22, los días martes. Días después llamaron para decirme que "por un error en la computadora" (sí, las computadoras se equivocan y no quienes las usan) apareció el horario de las 21 hs. para Foklore, pero que en realidad no existe, que debía cambiarme a otro horario. Me anoté entonces a las 20 hs. Pedí cambiar la otra materia del día, Apreciación Jazz, de las 22 hs. a las 21 (horario existente), pero me informaron que no podían hacer eso, que conversara con el Jefe de Área, el Vicedirector o la Regente, ya que quien me llamaba sólo estaba autorizado para realizar modificaciones en la asignatura Apreciación Folklore. El verticalismo existe cuando conviene.

Entiendo que el día 7 de abril no hay clases por ser feriado. Mi inteligencia es suficiente para comprender que se haya retrasado el comienzo de clases por la famosa "adecuación" del ciclo lectivo 2007 (ciclo lectivo que largó en octubre porque no teníamos dónde cursar). Lo que no llego a dilucidar es por qué no se avisa a la gente.

Cuando comenté esto a varias caras amigas que vi por la Escuela, tuve casi unánimamente la misma respuesta: "por lo menos hay clases..." Es cierto: hay clases, pero ¿por qué por lo menos? ¿por qué debemos resignarnos a que estamos desamparados y que hay que agradecer lo que se da sin quejarnos por lo que se hace mal?

No comparto la idea de que "por lo menos tenemos clases". Tenemos clases y es nuestro derecho tenerlas. Qué fácil nos acostumbramos. Qué fácil nos hacen sentir un desamparo tal que aunque nos maltraten -porque esta desinformación es maltrato- nos conformamos con que en algún momento empezarán. No nos olvidemos que el año pasado gracias a cortes, marchas, asambleas y reuniones, las clases empezaron siete meses más tarde: en octubre. Si sentimos pena y somos conformistas, ¿empezarán alguna vez? ¿se tendrá en cuenta que somos personas si sólo miramos para abajo?

Como siempre, una vez más, la burocracia nos supera.

Perdón si no se condice este texto con la temática habitual del blog, pero me pareció oportuno difundirlo.

Gracias,

Pablo

Estudiante de la Escuela de Música Popular de Avellaneda
y administrador de www.foroempa.com.ar

domingo, 6 de abril de 2008

Taquito militar

De uniforme verde militar, camuflado, pasea por las callecitas que rodean la Plaza Dorrego. Huele a tabaco y alcohol. Su voz áspera condice su aroma. Desde hace un tiempo un chico lo acompaña, de unos dieciséis, diecisiete años aproximadamente, vistiendo el mismo tipo de uniforme.

Hay personajes que no nacen, que no viven, que no mueren: se limitan a estar. Son parte de lo habitual, de aquello en donde se posa la mirada cuando se espera un colectivo.

Ante una primera mirada, podría decirse que se trata sin más de un cuidacoches con un particular gusto estético sin faltar demasiado a la verdad, pero sería una visión incompleta. No es sólo una persona vestida de forma particular: es un personaje. Es parte de las leyendas urbanas del barrio de San Telmo.

He oído gente comentar que se apoda Matute, aunque tiendo a creer que este apodo ha surgido a pesar suyo y no por él prodigado. Hay quienes dicen que es un veterano de Malvinas. Una vez me contaron que –este comienzo de frase es esencial para un mito urbano- su locura proviene de la muerte de su hijo, quien cayó a una palangana de agua hirviendo mientras él le hacía baños de vapor.

Más o menos trágicas, con cierto nivel de veracidad o conformando el más absurdo disparate, todas las historias personifican a nuestro personaje. Lo hacen más del barrio, más de todos.

San Telmo ha cambiado mucho en estos últimos diez años. Los sábados por la mañana ya no lo observan solamente las señoras que marchan al mercado, sino también los jóvenes que vuelven de los boliches y los turistas que circulan por las joyerías y los locales de artesanías alrededor de la Plaza.

Cada tanto se divisa alguna novedad en su uniforme verde camuflado, como un nuevo gorro o quizás una macana en su cinturón. Sus rasgos afilados y su mirada llena de melancolía permanecen ajenos a cualquier cambio.

Mientras tanto Matute sigue allí, firme, con una colilla a medio fumar en la boca, cuidando autos por algunas monedas.


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He aquí el único testimonio de este personaje que he encontrado en Internet:


(Fuente de la foto: Digireflex.net)